¿Alguna vez se ha llevado una mala impresión de una persona que ve por primera por su forma de vestir, sus gestos o su tono de voz? Si es así, se debe a la comunicación no verbal que se genera.
Los seres humanos necesitan comunicarse constantemente, sin importar el entorno en el que se encuentren; dicha comunicación se presenta a través del lenguaje. Sin embargo, a diferencia de lo que muchos creen, este intercambio de información no es netamente verbal o escrito y tiene mayor relevancia en el proceso comunicativo. Por consiguiente, es fundamental reconocer este tipo de comunicación a nivel laboral, académico y familiar.
Inicialmente, a nivel laboral se puede afirmar que la importancia de la comunicación no verbal se puede plasmar, por ejemplo, en la primera impresión que un empleador percibe de un candidato a un puesto en una entrevista de trabajo. Según la analista, consultora, formadora e investigadora en comportamiento no verbal, Sonia El Hakim (2020) afirma: “Para un puesto de responsabilidad en igualdad de condiciones se contrata antes a una persona con rasgos faciales maduros que a una persona con rasgos faciales aniñados”, lo cual está íntimamente relacionado con uno de los factores asociados al comportamiento como lo es la kinesia. Para el caso de la profesión de vendedor es sumamente importante ser congruente; si se finge que el producto ofertado es el mejor cuando se sabe que no lo es o se finge creer en algo en lo que realmente no se cree; el comportamiento no verbal lo delatará.
Por otro lado, a nivel académico, la comunicación no verbal toma una dimensión mucho mayor puesto que afecta de forma positiva o negativa el proceso de aprendizaje. De acuerdo con el artículo “The impact of the teachers’ non-verbal communication on success in teaching” que esta originalmente escrito en inglés los autores Fatemeh Bambaeeroo y Nasrin Shokrpour, de la Universidad de Shiraz (Irán): “A través del uso de un lenguaje no verbal, los maestros llaman la atención de los estudiantes a una mayor comprensión y los motivan, e incluso logran conectar con los estudiantes aburridos” (pág. 11, 2017); es decir, si los estudiantes observan en el profesor una buena postura, rostro facial alegre, manos libres y gusto por enseñar, ellos corresponderán de la misma manera y el aprendizaje será efectivo.
Con respecto a la comunicación no verbal aplicada al contexto familiar, es primordial tenerla presente ya que la familia es la primera escuela, en la que se aprenden, desde pequeños, los comportamientos que se tendrán a futuro. Tales comportamientos como: contacto visual, tono de voz, expresiones faciales o contacto físico crean un ambiente apropiado para un óptimo desarrollo en las relaciones interpersonales y/o familiares. De esta forma, al tener una comunicación no verbal asertiva dentro del núcleo familiar, los mensajes de cariño, solidaridad e interés por el otro se verán claramente reflejados.
Sin lugar a dudas, conocer la importancia que radica en la comunicación no verbal fomenta el cambio en las actitudes del ser humano. Es así como los factores asociados al lenguaje verbal y al comportamiento, a saber: tono, ritmo, timbre, volumen, silencios, expresión facial, mirada, postura, gestos, proximidad y espacio personal determinan lo que realmente se quiere transmitir. Según Albert Mehrabian, en el proceso comunicativo el 7% de la información se le atribuye a la palabra, el 38% a la voz (entonación, proyección, resonancia) y el 55% al lenguaje corporal (gestos, posturas, movimientos de ojos).
Finalmente, se recomienda controlar el lenguaje corporal es fundamental en nuestras relaciones sociales. En tiempos donde la comunicación es la base de la sociedad, controlar nuestra gesticulación es clave para conseguir éxitos personales y profesionales.
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